Para conseguir una transformación digital que derive en eficiencia y competitividad, es necesario que todos las personas y departamentos pertenecientes a la empresa se impliquen en el proceso.
La transformación digital no es responsabilidad de un miembro en particular de la organización, tampoco de un departamento determinado. Es un proceso que parte de una visión estratégica, por lo tanto, es primordial el compromiso de todos, desde el equipo de dirección hasta el equipo de trabajo.